porque despierto muy a menudo a verte,
y rabiosa me pregunta
que tienes tú que no tenga ella,
que está hecha de sueños y es perfecta.
Entonces tú, aún durmiendo,
te aprietas en mi pecho haciéndome daño;
Y yo, aún despierto,
te miro y dolorido sonrío al ver
que incluso dormida me quieres tanto.
La mujer de mis sueños entonces entiende
que ya no la anhelo,
ni la busco...
y se desvanece.
Que bonito..A veces todo lo que necesitamos esta mas cerca de lo que creemos.
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