Ayer me asomé a la ventana de mi casa y vi que el mundo estaba triste. Tengo mi casa a ras de suelo, y mi ventana a la altura media de las caderas de la gente que pasa por la acera, de forma que puedo ver sus caras tristes y las que no están tristes, pero no sonríen. Muchas miran el suelo, el resto al reloj: Ninguna mira el cielo o su color, nadie sabe que forma tiene la luna de hoy. Escribí la pregunta en la pared a ver si alguien la entendiera, la gente miraba la pared y luego su reloj y luego el suelo.

El mundo está triste porque cuando va por la calle ya nadie le mira y le sonríe, pero yo tengo esperanza. Entre tanta tristeza he visto que aún queda quien sonríe a quien sea, y me he fijado que las sonrisas son mas contagiosas que las penas. El mundo está triste, pero no tiene porque ser siempre así. He salido de casa para sonreir, Y, la misma gente que ayer no parecía tener sonrisa, hoy sonríe al verme sonreír a mi. El mundo esta triste, pero no tiene por qué seguir así. Basta una sonrisa, unas palabras, una luna pintada en la pared, y, de forma sencilla y maravillosa, el mundo cambia: El mundo no tiene por qué ser así.
Un tercero favorito :)
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