Temo
la trampa de tus calles,
de tu sofá que es mío
y de mi cama que tu
asaltabas;
del bar al que yo iba cuando me acompañabas
y del pub al que
ibas tú cuando yo no estaba.
Temo caer en tus trampas:
miedo estúpido
sabiendo que voy a hacerlo.
Cada vez que me acerco
a uno de eso lugares
en los que alguna vez pude verte
espero hacerlo de nuevo:
bienvenidos a la trampa.
Deseo el encuentro,
que me busques
y demorar
antes de dejarme encontrar de nuevo.
Escrutar tus ojos
a ver si me veo en ellos,
que
dicen que son del alma reflejo
y aunque dices que no me quieres,
no te
creo.
Siempre me encuentras y saludas,
yo sonrío aunque no tengo
claro por qué:
no soy feliz, pero tengo que parecerlo.
Hablamos un poco
antes de que te vayas
pues nunca te puedes quedar hasta el final
ni
hasta mi casa.
Y cuando tú ya no estás, abatido,
me doy cuenta de que
esta era la trampa;
una emboscada a mí mismo.
Ni me quieres
ni volverás
conmigo.
Borracho y herido de esa idea escapo
decaído en eses por tus
calles
hasta que llego malherido a mi casa,
que fue nuestra,
y allí me
tiro, donde antaño no dormíamos,
con los ojos cerrados:
Acabé por esta
noche de soñarte
y como no se buscar el despertar
que no llega por su cuenta,
yo me dejo caer
y lo que viene, que venga.
yo me dejo caer
y lo que viene, que venga.
.
Me encanto de verdad. Siempre disfruto mucho leer la elegancia de los sentimientos del varon. Los Hombres de Marte, las mujeres de Venus, enorme mentira ambos soñamos y emprendemos el vuelo.
ResponderEliminarMuchas gracias Rocío! y completamente de acuerdo con lo que dices: muy ciertas palabras sobre hombres y mujeres =)
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