Eres cuando estoy abrasado el rocío que refresca pero no moja;
esa nube imprevisible que viene con un soplo de aire fresco
a veces efímero,
en ocasiones longevo.
Eres mi sonrisa de cada día,
mi fuente de vida:
la ultima voz que quiero escuchar;
los ojos, la boca, el todo que no puedo olvidar.
Nada me importa contigo. ?¿Nada?¿
Me da igual que se caiga el cielo
o que sea mentira todo lo que creo cierto,
pero me importas tú, y egoístamente yo.
Tú,
para que este mundo siga siendo bello
y yo,
para gozar contigo de ello.
¿Hasta cuando? Preguntas.
Hasta que no puedas aguantarlo,
hasta que no quieras aceptarlo
o hasta que digas basta,
porque yo no renunciaré a ti.
¿Y luego ?
Al menos sentimentalmente y por un momento,
días, meses, años, lustros o decenios,
yo muero.¡Pero no te preocupes!
Yo acepté jugar este juego.
Tú ya me advertiste, cuál ángel de la guarda.
Dijiste que apostaba fuerte de más,
que este amor no tenía por qué durar.
-¿ Y qué ? Escuchaste resignada.
Poco tengo para conseguirte
y nadie soy para tenerte,
pero lo poco que tengo te lo daré
si te atreves a quererme.
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