Te veo por la calle
y no sé quien eres aunque te conozca,
y sé que a ti te pasa lo mismo.
Cuando nos vemos,
una sonrisa asoma para esconder
lo que diríamos de poder hacerlo.
Lástima temer las consecuencias
que quizás nunca fueran a ser.
Idiotas.
Parece que sólo borrachos
recordamos lo que sentimos.
O lo olvidamos, ya no sé;
pero no quiero
más resacas en tu ombligo.
Bueno, sí,
pero tú ya me entiendes.
Por las noches me tomas
sin rodeos ni dudas en tu cama
y cada mañana
me olvidas en cuanto me he ido,
y si no ni me hablas:
Te vuelves susurros
que sólo me quieren
con las luces apagadas...
Me gusta el tacto de tu espalda,
los besos que no son en la boca
y la ropa tirada;
lo despacio que bailas,
lo rápido que acaban las noches contigo
y como juntas todo eso en una cama...
Eso es todo, lo casi juro.
Nada de sentimientos,
que sé que te espantan.
Pero por una vez,
sólo por una vez,
y sólo esto, por favor:
Cuando amanezca
quiero recordar que hemos hecho.
Quiero despertar,
mirarte a la cara y saber
saber si de los dos, solo yo,
me atrevería al amor.
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